miércoles, 13 de julio de 2016

Festival Cultura inquieta 2016 un bálsamo de fierabrás con Pink Tones

Pink Tones
 Grónica:
David Gómez Pizarro


El domingo 10 de Julio era una jornada especial para muchos por el enorme peso de las canciones que iban a escucharse en el recinto, por el abrazo sincero a los distorsionados 70, por la calidez de un sonido envolvente y la pasión de una musica exenta de cuerpo y volcada puramente en el alma. Pink Tones, un medio de transporte estáticamente eficiente a los recovecos de uno mismo. Un billete sin idas y venidas, un bálsamo de fierabrás para cualquier individuo andante.
Pink Tones llevan 11 años interpretando canciones de Pink Floyd, afinando y perfeccionando cada vez más este auténtico lujo que nos trajeron a escena en Cultura Inquieta. Un ejercicio cargado de sentimiento y respeto.
La hora zulú era las 21:15 cuando el azote del sol permitía el relajo ocular y el disfrute de la puesta en escena, que requería de la luna para ofrecernos una parte visual importante. Sobre el escenario, Álvaro Espinosa, guitarra, voz y theremin, Antonio Fernandez, batería y percusión, a los teclados y samplers Nacho Aparicio, al saxo, guitarra y voces, Pipo Rodríguez y la delicadeza de Ángela y Cristi encargadas de la parte coral.
El repertorio del concierto fue una acertada sucesión de canciones imprescindibles, desde Shine on yo crazy diamond, que inagurara el expectáculo, pasando por la enormidad de Welcome to the machine, Have a Cigar, Money, Come back to life, Wish you Were Here, Pigs in the Wind... No podemos olvidarnos de Another Brick in the Wall, un momento cargado de emotividad y afloración de sentimientos por parte de los comensales, cuando al público le brillan así los ojos es que algo se remueve por dentro, se podía sentir el desfile de recuerdos sobrevolando nuestras cabezas. Para finalizar el concierto Run Like Hell y una toneladas de aplausos.
En resumen un concierto cargado de calidad, un sonido inmejorable (felicidades al técnico), un espectáculo de luces difícil de ver, por su complejidad, los visuales... imágenes al ritmo del delirio con un gusto que hizo del viaje un trasiego lleno de comodidad y disfrute.

Gracias a Pink Tones por hacer repetible algo fuera de nuestro alcance. Gracias Cultura Inquieta por hacer de un domingo un día de congregación de feligreses. Gracias a Pink Floyd por ir más allá.

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