sábado, 11 de julio de 2015

FESTIVAL CULTURA INQUIETA, GETAFE ( MADRID) SEGUNDA CITA: EL PRODIGIO DEL VIOLÍN. EL HOMBRE MUELLE Ara Malilkian. Conquistó a todo el ruedo el viernes 10 de julio

VIERNES 10 DE JULIO





Ara Malilkian,  fue la elección para el segundo día de festival, en  la plaza de toros de Getafe, bastante concurrida, nos reunimos un público de lo mas variopinto con edades comprendidas entre los 0 y los 99.

Para la ocasión la organización decidió disponer unas sillas en el ruedo para que el público disfrutara cómodamente del concierto.

Ara Malician saltó,  literalmente al escenario sobre las 22:00horas, y desde el minuto uno conquisto al público.

Para la ocasión vino acompañado de una gran banda compuesta por dos percusionistas, una contrabajista, chelo, violines y violas (todos mancos)

El repertorio fue de lo mas variado, desde piezas clásicas como el verano, de las cuatro estaciones de Vivaldi, a un fragmento de la ópera de Manuel de Falla, “La vida  Breve”, a temas de Paco de Lucía, una versión de Radiohead o el tema principal de la BSO de Pulpfiction.

También toco varias composiciones propias, como el valls de Kairo, una preciosa melodía llena de cambios de ritmo, que compuso para su hijo cuando aun no había nacido. O el sentido homenaje a las victimas en el centenario del genocidio armenio por parte de Turquía, cifrado en millón y medio, entre cuyas victimas estaban sus abuelos. Un tema muy emocionante con notas muy altas que nos erizo el vello.

Concierto de diez, dulces y bellas melodías, risas y  mucha emoción….

El hombre muelle no paró en todo el concierto, es muy meritorio tocar tan maravillosamente el violín sin parar de botar y marcarse Angusyoungs  por todo el escenario.

Ara se nos revelo como un genial monologista, entre canción y canción nos contó con mucha gracia anécdotas de su vida, su paso por Alemania, Francia y sus diferentes trabajos como músico, entre ellas, sus siete  años en la filarmónica de Madrid, tocando en el foso con los demás concertistas. Cuesta imaginar a semejante bicho de energía de traje, peinadito y tocando sentado en un foso.
Acabó el concierto tocando en el albero entre un público entusiasmado que se fue para casa con la sonrisa impresa en los labios.





Ana Ramos Moro

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