martes, 27 de mayo de 2008

Experiencia Personal: Deporte de Riesgo

Eih!! Bienvenid@s, soy Lola,. Cómo va todo?? Hoy traigo debajo de la manga una crónica de JM. Os quiero contar… que cuando me dijo que practicaba barranquismo, me quedé flipada. Lo cuanta un ser humano, que lo más arriesgado que he realizado en mi vida es subirme a la Torre Picasso de Madrid, que tiene 45 plantas, me subí a la 42 que había quedado con Valerio Lazarov en la productora de Televisión que dirige Prime Time y me sentí, como Indina Jones, jaja.

No bostante soy muy amante de los deportes de riesgo. Os dejo con la crónica que escribió JM. Qué aproveche que está mu rica y nutritiva!!!
Bueno... gente guapa, gracias por fusionarte con nosotros.

EXPERIENCIA PERSONAL.
DEPORTE DE RIESGO



Las Hoces del Júcar (Cuenca) y la Sierra de Guara (Huesca) han sido los lugares que he tenido la oportunidad de visitar para practicar el Descenso Deportivo de Cañones. Ambos son lugares preciosos tanto fuera como dentro del cañón en el que penetres, pero Guara es por excelencia el lugar de España que más gente atrae por la multitud y variedad de sus cañones, ya que aquí los podemos encontrar de cualquiera de los tres niveles de dificultad en los que se clasifican.
En Guara antes de comenzar el descenso del barranco podemos observar la inmensidad de ríos como el Mascún, el Vero o el Balces, que atraviesan montañas de roca kárstica creando entresijos de grietas y caos de rocas, que dan vida a sus descensos formando pasos imposibles a lo largo de sus cauces, algo muy atractivo a ojos de los aficionados a este deporte, ya dijo A. Kolping “Cuanto mayores son los obstáculos, tanto más crece el valor”. *1(no me termina de convencer esta cita)
Los buitres leonados y águilas reales de Guara guían nuestros pasos sobrevolando con sus inmensas alas las montañas decoradas de encinas y alcornoques, y perfumadas con plantas aromáticas como el romero, la salvia, o la lavanda.
Como la mayoría de los deportes en los que el río es el eje principal de la aventura la época idónea para practicarlos es la Primavera, cuando las montañas empiezan a cedernos en forma de riachuelos y cascadas de agua helada (8 a 14ºC) esa nieve que han estado guardando durante todo el invierno para ofrecer ahora bellísimos paisajes a los insensatos que decidimos aventurarnos en el Descenso de Cañones. El cauce del río aumenta y con ello su bravura, lo que hace que deportes como el raffting, o el hidrospeed ganen en diversión y también en dificultad.
La práctica de este deporte requiere un material con elementos comunes a otros deportes como la escalada o la espeleología. El equipamiento debe estar compuesto por un traje de neopreno que nos protegerá del agua del deshielo, un arnés y cuerdas para realizar cualquier rapel que sea necesario para superar un paso, casco y calzado cómodo y que se pueda mojar.
Los barrancos que he descendido siempre lo he hecho en compañía de un grupo de personas (entre 6 y 10) con más o menos la misma condición física, ya que dependiendo del nivel de dificultad del Cañón se necesita una preparación tanto física como técnica para llevarlo a cabo, y alguien con una mayor preparación podría no disfrutar con la actividad. Además de la preparación física teníamos en común las ganas sentirnos aventureros por un día, salir de la monotonía de las oficinas y sentirte una pieza más de la naturaleza, otros simplemente querían romper con las tradicionales vacaciones a una playa masificada del mediterráneo.
Es aconsejable, si eres primerizo en este deporte y no quieres acabar formando parte del paisaje como si fueras una pintura rupestre, ir acompañados por un guía experimentado que sabrá donde el riesgo es controlado y divertido, y donde el riesgo pasa a ser peligro.
Cuando comienzas el descenso te invade la emoción por iniciar una aventura, el nerviosismo provocado por lo desconocido y la impaciencia por conocer y disfrutar de lo que te espera.
Conforme avanzas por el cañón tus ojos se van abriendo más y más para no dejar escapar ningún dato del paisaje, los rayos de luz que atraviesan las copas de los árboles en lo alto del cerco de piedra que te rodea o la fina capa de cal petrificada que recubre los troncos, colocados en forma de trampolín por las tormentas de años anteriores en las cascadas del río. Las sensaciones van aumentando con la dificultad de cada obstáculo, primero aparece el miedo, te preguntas ¿qué necesidad tengo de correr este riesgo? ¿qué hago yo aquí?, he inmediatamente sacas el valor de tu interior, algo que no sabías que tenías dentro pero que ha hecho descolgarte por cascadas o saltar desde alturas vertiginosas, y... ¿para qué? os preguntaréis, para sentirte una parte más de la naturaleza, sentirla desde dentro, hallar el placer de haber superado tus miedos, la explosión de tus pulsaciones que se disparan tras salir victorioso ante ti mismo, ya que al fin y al cabo cada obstáculo es un reto individual, una lucha entre la razón y el corazón.*2 (Que exagerado)
Tras varias horas de descenso logras ver como el desfiladero que ha ido cercando tus pasos deja sitio a un remanso del río regado con la luz del atardecer donde puedes ver nadar las truchas, o un claro al comienzo de un bosque, y donde da por terminada la aventura.
El camino de regreso es fugaz, no por su dureza o longitud, ya que debemos subir por sendas durante más de una hora, sino que nuestras mentes están aun viviendo las emociones que acabas de experimentar, cada uno en silencio repasa cada momento que ha vivido consigo mismo y con los demás componentes del grupo.
Cuando regresas a tu vida cotidiana después de haber realizado una actividad como es el Descenso de Barrancos, sientes que eres una persona totalmente nueva, con energías renovadas, con más ganas de vivir todo lo que pasa a tu alrededor, de disfrutar de tu vida, y sobre todo con ganas de volver a sentir esas sensaciones superando mayores obstáculos y aprendiendo nuevas técnicas. Y es que como dijo el alpinista Ed Visteur “La cima es la mitad del camino”.


*1(no me termina de convencer esta cita)
*2 (Que exagerado)

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